viernes, 16 de noviembre de 2012

Día... no sé si realmente importa ya...

Se acercan las dos de la mañana, y en mis cascos, suena una de mis canciones favoritas de Yiruma, mientras en la calle está lloviendo, y puedo escuchar las notas del piano mezcladas con las gotas que golpean la ventana de mi cuarto,  me pregunto por qué lo hice.
Qué fue tan especial. Si a día de hoy, en realidad... tiene poco significado.
Quiero decir... ¿Por qué? ¿Qué se nos pasó por la cabeza? A ambos... ¿Qué hemos hecho? ¿Qué estamos haciendo? Y lo que es peor... ¿qué pretendemos hacer ahora?
Por Dios... si a la hora de la verdad, ni él tiene huevos suficientes como para hacer que la cosa acabe (ni tampoco para que continúe), ni las palabras necesarias salen de mi boca en el momento oportuno. Yo sé qué es lo que quiero, y sé cómo acaba la historia.
Soy sólo yo la que decide poner punto final a esto, ya que él parece no tenerlo claro.
Lo que no entiendo es a qué estoy esperando exactamente.
Y eso que... si me paro a pensar... me llegan a la mente los segundos exactos en los que le encontraba la sonrisa tras una noche sin significado, y, si hago un esfuerzo por recordar las cosas mejor... creo que aún puedo seguir notando esa chispa de electricidad corriendo a través de mis venas cuando me cogió de la mano. Y por qué no, el tener algo nuestro, aunque no lo llegase a saber nadie. Eso también ha llegado a ser bonito, aunque a qué precio...
No sé exactamente si estoy dispuesta a seguir con esto. No sé si debería importarme cómo están sucediendo las cosas, y no sé si debería seguir luchando.
No lo sé, porque cuando le miro a los ojos, no sé qué es lo que siento.
No sé si son mariposas lo que hay en mi estómago, o es el recuerdo de los momentos vividos a su lado.
No lo sé, porque cuando le miro a los ojos, a veces no aparece esa sonrisa a la que acabé acostumbrándome.
Aunque bien es cierto, que sigo necesitando seguir intentándolo. Sólo que ya no sé si es por amor propio, o por amor sin más.
Lo que quiero apuntar, es que secundo la idea de aquel que dijo eso de 'quien la sigue, la consigue'.
Tal vez, sólo es tarde, y mañana cuando despierte tenga las cosas claras, y sepa hacia dónde quiero prestar más atención ahora... pero tal vez, puede, que mañana cuando despierte... bueno... recuerde esos momentos, y sus ojos, como una de las cosas más bonitas y con más valor que me ha ocurrido en la vida.
 
 

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