Que no puedo decirte lo que pienso. No, cuando sé que te tengo aquí delante, y estás mirándome, como si fuese la primera vez que me ves, como cuando éramos pequeños. Simplemente, no puedo. No me sale.
Y créeme si te digo, que me encantaría hablar contigo. Contártelo todo. Pero mi cuerpo es débil, y mi cerebro, caprichoso. Me encantaría pedirte que, tuvieses paciencia, esa que has tenido siempre…solo pido, que dure algo más de lo normal. Que no te des por vencido tan rápidamente conmigo, que no pongas los ojos en blanco, y mires hacia otro lado, porque quiero que me mires. A mí. Porque soy yo la que tiene que hablarte, la que tiene que decirte lo que piensa.
La idea fue tuya, por si quieres que te lo recuerde, y sé que no soportas que la gente te recuerde tus ideas, porque son tuyas, y puedes acordarte de todas. Pero sabes que yo soy especial, que siempre he ido a contracorriente contigo. A mí nunca me han valido tus palabras, cuando me decías que no te pasaba nada, que no querías compañía, que no estabas de humor y no querías ser borde conmigo. He sido muy cabezota, y lo reconozco.
Tal vez es porque te conozco, por lo que no te dejaba solo, aunque me lo pidieses por favor. Porque hasta yo sé, que de vez en cuando todo el mundo necesita hablar, o tan solo, necesita que haya un silencio, que lo diga todo, o que no diga nada.
No creas, ya me he convencido de que tu sonrisa no durará toda la vida. Por eso, quiero aprovecharla al máximo, disfrutar de ella cada minuto de mi existencia, y cada segundo que pasemos juntos. Quiero ver brillar tus dientes cuando te despierte y me gruñas divertido. Quiero pegarte cuando me hayas mordido, como siempre hacías.
También sé, que tus ojos no mirarán igual el mundo. Que, mientras sigas madurando, te darás cuenta de que, tal vez, las cosas que hacíamos y creíamos especiales, ya no son lo que eran. Se habrán convertido en recuerdos, buenos o malos, pero recuerdos. Por eso mismo, quiero intentar inmortalizarlo todo, no maduraré. Incluso escribiré un diario, para apuntar todos los gestos que me hacen sonreír, y todas las palabras, que hacen que me enfurruñe, como por ejemplo, enana.
Tus pensamientos no serán los mismos, de eso ya me he hecho a la idea. Puede que no podamos seguir hablando de que en un futuro, cercano o lejano, viajaremos juntos a cualquier lugar, pero estaremos así, como siempre, sin problemas.
No sé qué es lo que pasa. No sé qué es lo que haces. No sé por qué no me sale decirte que te quiero, si eres lo primero en lo que pienso cuando me despierto, y lo último cuando me voy a dormir. No creo que esto cambie demasiado. Quiero decir, que posiblemente, seguiremos así, yo sin poder decir lo que siento, y tú sin hacerme demasiado caso. Pero no quiero preocuparme por eso ahora, solo quiero pensar en lo que nos queda por venir, en las maneras en las que te diré indirectamente que te quiero, para que sigas sin darte cuenta…pensaré en la forma de hacer que no puedas separarte de mí, por mucho que lo intentes, y me resignaré sabiendo, que algún día, puedas decirme que me quieres, y que lo habías guardado por temor a no ser correspondido. Pero, sobre todo, quiero que todo siga igual. No me hace falta que te comprometas a hacer nada raro, solo quiero saber que estarás ahí, y que podré contar contigo en cualquier momento, como he hecho hasta ahora.
Puede que, algún día, consiga decirte, que eres lo mejor que me ha pasado en la vida, pero, de momento, tendrás que conformarte con estas palabras, que ya no sé si han sido muchas o pocas, pero han sido de verdad. Lo juro. Ah, no sé si he mencionado que te quiero.
Y créeme si te digo, que me encantaría hablar contigo. Contártelo todo. Pero mi cuerpo es débil, y mi cerebro, caprichoso. Me encantaría pedirte que, tuvieses paciencia, esa que has tenido siempre…solo pido, que dure algo más de lo normal. Que no te des por vencido tan rápidamente conmigo, que no pongas los ojos en blanco, y mires hacia otro lado, porque quiero que me mires. A mí. Porque soy yo la que tiene que hablarte, la que tiene que decirte lo que piensa.
La idea fue tuya, por si quieres que te lo recuerde, y sé que no soportas que la gente te recuerde tus ideas, porque son tuyas, y puedes acordarte de todas. Pero sabes que yo soy especial, que siempre he ido a contracorriente contigo. A mí nunca me han valido tus palabras, cuando me decías que no te pasaba nada, que no querías compañía, que no estabas de humor y no querías ser borde conmigo. He sido muy cabezota, y lo reconozco.
Tal vez es porque te conozco, por lo que no te dejaba solo, aunque me lo pidieses por favor. Porque hasta yo sé, que de vez en cuando todo el mundo necesita hablar, o tan solo, necesita que haya un silencio, que lo diga todo, o que no diga nada.
No creas, ya me he convencido de que tu sonrisa no durará toda la vida. Por eso, quiero aprovecharla al máximo, disfrutar de ella cada minuto de mi existencia, y cada segundo que pasemos juntos. Quiero ver brillar tus dientes cuando te despierte y me gruñas divertido. Quiero pegarte cuando me hayas mordido, como siempre hacías.
También sé, que tus ojos no mirarán igual el mundo. Que, mientras sigas madurando, te darás cuenta de que, tal vez, las cosas que hacíamos y creíamos especiales, ya no son lo que eran. Se habrán convertido en recuerdos, buenos o malos, pero recuerdos. Por eso mismo, quiero intentar inmortalizarlo todo, no maduraré. Incluso escribiré un diario, para apuntar todos los gestos que me hacen sonreír, y todas las palabras, que hacen que me enfurruñe, como por ejemplo, enana.
Tus pensamientos no serán los mismos, de eso ya me he hecho a la idea. Puede que no podamos seguir hablando de que en un futuro, cercano o lejano, viajaremos juntos a cualquier lugar, pero estaremos así, como siempre, sin problemas.
No sé qué es lo que pasa. No sé qué es lo que haces. No sé por qué no me sale decirte que te quiero, si eres lo primero en lo que pienso cuando me despierto, y lo último cuando me voy a dormir. No creo que esto cambie demasiado. Quiero decir, que posiblemente, seguiremos así, yo sin poder decir lo que siento, y tú sin hacerme demasiado caso. Pero no quiero preocuparme por eso ahora, solo quiero pensar en lo que nos queda por venir, en las maneras en las que te diré indirectamente que te quiero, para que sigas sin darte cuenta…pensaré en la forma de hacer que no puedas separarte de mí, por mucho que lo intentes, y me resignaré sabiendo, que algún día, puedas decirme que me quieres, y que lo habías guardado por temor a no ser correspondido. Pero, sobre todo, quiero que todo siga igual. No me hace falta que te comprometas a hacer nada raro, solo quiero saber que estarás ahí, y que podré contar contigo en cualquier momento, como he hecho hasta ahora.
Puede que, algún día, consiga decirte, que eres lo mejor que me ha pasado en la vida, pero, de momento, tendrás que conformarte con estas palabras, que ya no sé si han sido muchas o pocas, pero han sido de verdad. Lo juro. Ah, no sé si he mencionado que te quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario